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Sirona, 2003. Acrílico sobre lienzo. 300 x 300 cm. Edición única.

Arianrhod, 2003. Acrílico sobre lienzo. 300 x 200 cm. Edición única.

Aresta, 2003. Acrílico sobre lienzo. 300 x 200 cm. Edición única.

Regulus, 2003. Acrílico sobre lienzo. 200 x 200 cm. Edición única.

Tarja, 2003. Acrílico sobre lienzo. 200 x 200 cm. Edición única.

Lumaquela (díptico), 2003. Acrílico sobre lienzo. 150 x 150 cm. Edición única.

Spica, 2003. Acrílico sobre papel. 90 x 70 cm. Edición única.

Torua, 2003. Acrílico sobre papel. 90 x 70 cm. Edición única.

Amer, 2003. Acrílico sobre papel. 90 x 70 cm. Edición única.

Fort, 2003. Acrílico sobre papel. 90 x 70 cm. Edición única.

Tazaña, 2003. Acrílico sobre papel. 90 x 70 cm. Edición única.

Vilano, 2003. Acrílico sobre papel. 100 x 70 cm. Edición única.

Marjal, 2003. Acrílico sobre papel. 100 x 70 cm. Edición única.

Nona, 2003. Acrílico sobre papel. 100 x 70 cm. Edición única.

Rosa Brun
16 Septiembre - 8 noviembre, 2003

El proceso de trabajo se desarrolla desde diferentes presupuestos, aquellos que se refieren al color y su aplicación en capas sucesivas, dejando entrever los espacios internos, los que a través de las matizaciones cromáticas que determinan las distintas texturas materializadas sobre la superficie pictórica definen su carácter táctil, los que resuelven mediante la luminosidad que sale del cuadro el efecto envolvente que sobre el espectador ejerce dejando una impresión clara de la belleza del color en su imaginario.

Las superficies aparecen divididas por el color contrapuesto, verde claro-azul oscuro, violeta-amarillo, azul cyan-rosa, y por el formato mismo, que como elementos geométricos funcionan entre sí estableciendo equilibrios entre las diferentes masas de color.

Las divisiones geométricas elementales son cuadrados subdivididos en rectángulos, o rectángulos divididos, donde la ubicación del color en grandes áreas tonales genera espacios poco profundos o planos, proyectando el color hacia delante, reafirmado por las propiedades escultóricas del soporte, que, separado de la pared, genera sombras a su alrededor, delimitando el carácter expansivo mediante su ingravidez, siendo el peso soportado por el color.