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Bola, 2006. Escultura de hierro (2 piezas). 270 x 150 x 90 cm. c/u. Edición única.

Código de barras I (Miedo), 2006. Escultura de hierro (2 piezas). Pieza 1: 58 x 25 x 10 cm. Pieza 2: 108 x 7 x 10 cm. Edición única.

 

 

Código de barras II (Abuso), 2006. Escultura de hierro (2 piezas). Pieza 1: 45 x 55 x 10 cm. Pieza 2: 100 x 60 x 17 cm. Edición única.

 

 

Código de barras III (Realidad), 2006. Escultura de hierro (2 piezas). Pieza 1: 50 x 20 x 10 cm. Pieza 2: 80 x 70 x 10 cm. Edición única.

 
 

Código de barras IV (Violencia), 2006. Escultura de hierro (2 piezas). Pieza 1: 28 x 62 x 10 cm. Pieza 2: 130 x 130 x 17 cm. Edición única.

 

Zona 0, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 100 x 70 cm. Edición 1 de 3.

Berlín 004, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 70 x 200 cm. Edición 1 de 3.

Agujero, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 100 x 230 cm. Edición 1 de 3.

Construction, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 70 x 200 cm. Edición 1 de 3.

Barco 001, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 70 x 200 cm. Edición 1 de 3.

Madrid en el aire I, 2006. Caja de luz con fotografía duratrans. 70 x 200 cm. Edición 1 de 3.

Qué bola... 1, 2006. DVD-R-LOOP Pal 16:9. 5'. Edición 1 de 3.

Qué bola... 2, 2006. DVD-R-LOOP Pal 16:9. 5'. Edición 1 de 3.

Qué bola... 3, 2006. DVD-R-LOOP Pal 16:9. 5'. Edición 1 de 3.

Qué bola... 4, 2006. DVD-R-LOOP Pal 16:9. 5'. Edición 1 de 3.

Chema Alvargonzález
Qué bola...
26 Octubre - 25 noviembre, 2006

 

El nuevo arte está imbuido de la excitación por lo más nuevo, dado que se presenta mimético al terror y análogo a la guerra, a menudo sin poder decir, incluso si declara la guerra a la guerra de las sociedades o si hace la guerra en causa propia. El artista se encuentra siempre ante la decisión de presentarse ante la opinión pública bien como salvador de las diferencias o como señor de la guerra de las innovaciones. También tiene que aclararse sobre si está de acuerdo con la ley de la imitación de lo superior sobre la que se basa toda la cultura ahora, o se asocia al hábito neobárbaro de la modernidad, de convertir en regla la imitación de la inferior.

Peter Sloterdijk, Esferas III

Amplia y variada la oferta que presenta Chema Alvargonzález (Jerez, 1960) y que responde a unos abiertos horizontes artísticos donde todo es posible en función de una acertada intencionalidad que deja en evidencia un arte lleno de intensidad creativa. El concepto de viaje, presente en sus obras, ilustra la relación que Chema Alvargonzález mantiene con el arte: una vía de conocimiento y un territorio para descubrir las parcelas inéditas de nuestro ser. Así, sus creaciones revelan un sentimiento profundo a la vez que aluden reiteradamente a la fragilidad de las certezas. En líneas generales, hay dos parámetros con los que Chema trabaja de manera constante: de una parte la luz, auténtico eje de su reflexión por su carácter inmaterial y su capacidad para hacer visibles las cosas y, de otra, el lenguaje, como si quisiera transmitir la esencia de la experiencia vivida.

Las posibilidades de la tecnología digital usada en las cajas de luz, junto a la escultura y el vídeo, hacen aumentar las implicaciones espacio-temporales de su obra a la vez que produce una disolución de los límites entre lenguajes originando una nueva realidad artística que supone otro estadio en su itinerario creativo y vivencial, aunque íntimamente relacionado con sus trabajos anteriores.

El artista en este caso nos presenta unas cajas de luz y unas esculturas con las que aborda el tema de la violencia. Desde la caída de las torres gemelas, Chema ha ido guardando recortes de periódico que son los que encontramos fotografiados y retocados en las cajas de luz, solo dejando que se reconozca una palabra que hace referencia a la violencia. Mediante estas obras nos vemos inmersos en el juego que se establece entre rechazo y comprensión, al igual que nos sucede ante el constante y diario bombardeo de violencia de los medios de comunicación. Siguiendo con el juego de dualidades, en los videos que Chema Alvargonzalez muestra en esta ocasión en la Galería Oliva Arauna nos encontramos con elementos de la ciudad que nos colocan ante una situación límite de “abismamiento”, sin saber hacia donde tirar.

Chema Alvargonzález trabaja y vive entre Berlín y Barcelona. Su primera exposición individual con la Galería Oliva Arauna tuvo lugar en 1995 con el título Descifra tu tiempo, seguida de El laberinto o la formación de otros en 1997 y la última fue Consigna (2001).

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