Guerras, reinas...

… es el encuentro de dos trabajos. Confrontación provocada, propiciada por el cúmulo de circunstancias que nos rodean, aquí y ahora. Por una parte inspirado en “Las Troyanas” de Eurípides, y por otra en el carácter femenino de la mitología, a través de las reinas que la tradición nos transmite.

Volviendo la mirada hacia atrás, con una visión contemporánea, si entendemos como tal lo humano de nuestra evolución, destacando de los personajes la idealización de los sentimientos, que desde el mito al individuo trascienden a la actualidad.

Desde un ángulo teatral y teatralizado, sin necesidad de documentar y en silencio, y a partir de la mezcla de principios (míticos, clásicos, teatrales…), podemos pensar que el camino recorrido desde hace cientos de siglos, nunca deja de dar vueltas en círculo, cuando se trata de lo más básico del ser humano.

Cristina Arias

REINAS

Reina de Saba

Saba era un pequeño país situado en el Yemen durante el siglo VII a. J.C. La Reina de Saba atraída por la sabiduría y la fama del Rey Salomón marchó a Israel acompañada de un fastuoso sequito. Cuenta  una de tantas leyendas sobre ella,  que volvió a su país embarazada de Salomón, dio a luz un hijo llamado Menelik al cual envió a Jerusalén junto con su padre. Cuando Menelik llegó al poder implanto la religión de los judíos en el país.

Livia Drusila

Esposa del Emperador Augusto y madre del Emperador Tiberio. Ejerció gran influencia sobre Augusto, concediéndole este el título de Julia Augusta. Fue acusada de no haber reparado en medios para llevar al trono a su hijo Tiberio (hijo de un matrimonio anterior) se le atribuyeron diversas muertes prematuras en la familia imperial.

Mama Ocllo

Según la leyenda, fundadora junto con su hermano del Imperio Inca. Posteriormente la mitología la consideró diosa de la tierra, madre y benefactora del Imperio.

LAS TROYANAS de Eurípides conserva acentos desesperadamente reales y actuales, que después de 2000 años de su creación, aun consiguen agitar. Su verdad permanece inmutable porque su tema –la crueldad y la inutilidad de las guerras- no deja nunca de hacerse evidente. El enfrentamiento entre las troyanas hechas prisioneras y los aqueos vencedores, las desgracias que sacuden a Hécuba y Andrómaca, son expuestas por Eurípides con un sentido dramático directo que nos llega a lo más íntimo, sin que sea preciso recurrir a perspectivas históricas. Delante de tantas calamidades, no hay lugar para las irreverencias o para las venganzas de sangre, sino para el dolor de una comunidad derrotada por las duras leyes de la guerra que carga sobre los inocentes los pesos más duros, por la barbarie inconsciente y cruel del vencedor. Los más fuertes lazos de sangre se rompen sin contemplaciones. Aquí resuena, desnudo de cualquier ornamentación exterior, el espíritu de la tragedia.

Historia del teatro, Vito Pandolfi