prev  next  play

Lechera I, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera II, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera III, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera IV, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera V, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera VI, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera VII, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera VIII, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera IX, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera X, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera XI, 2012. Fotografía color. 80 x 100 cm. Edición de 3.

Lechera XII, 2012. Fotografía color. 120 x 120 cm. Edición de 3.

Lechera XIII, 2012. Fotografía color. 120 x 120 cm. Edición de 3.

Lechera XIV, 2012. Fotografía color. 120 x 120 cm. Edición de 3.

Lechera XV, 2012. Fotografía color. 120 x 120 cm. Edición de 3.

Concha Prada
El Cuento de la Lechera
10 Mayo - 9 junio, 2012

Desde el año 1999 las exposiciones de  Concha Prada en la galería Oliva Arauna han sido un fiel reflejo de la investigación de esta artista en el campo de la fotografía. Un estudio  desde vistas generales de las ciudades, los primeros planos de objetos cotidianos hasta la experimentación sobre la propia técnica fotográfica en la serie “Rastros”.

En esta quinta exposición, “El cuento de la Lechera” la imagen antropomórfica aparece en su totalidad, dejando a un lado sus primeras bocas o los dedos de su serie “Basuras”; el cuerpo femenino, sus brazos y piernas, torsos y volúmenes se recortan en un fondo negro y silencioso. Esta falta de profundidad remarcada con la oscuridad más intensa, sirve a Prada para congelar la imagen en plena acción. La explosión y violencia de los campos blanquecinos de la leche hunde sus raíces en antiguas series de la artista; el azar sigue marcando su obra, como un juego personal en el que recrea para ella la visión del espectador, compartiendo con él la sorpresa del primer encuentro con la imagen. Permanentemente interesada en la riqueza de la serie como repetición, Concha Prada ahonda en las diferencias de cada forma, en la conceptualización de las posiciones del cuerpo, en las estructuras que nacen del desbordamiento de la leche y que se abren a nuestra contemplación. Esta idea de la abstracción se ve subrayada por la evasión del rostro de las modelos.

Pero más allá de esta estudiada imagen estética Concha Prada recoge la ironía de su visión bajo el epígrafe “El Cuento de la Lechera” y remarca la actualidad de esta fábula. Como ella misma define “El imperio del mundo virtual que promete fantasías de plenitud y cuya vacuidad solo persigue como desenlace  la caída del cubo”.  La frustración se desarrolla en la violencia de los gestos en el golpear de la leche, todo como reflejo de nuestras propias ensoñaciones, que han terminado por hacernos perder el equilibrio y caer. La ambición de la lechera, el castillo de naipes que esta sociedad ha construido, nos ha impedido ver la realidad, Concha detiene la imagen en el momento previo a la catarsis, un instante antes de que nos podamos dar cuenta de las consecuencias de la caída. Es el  espectador, desde la distancia, quien puede asimilar la transcendencia de ese flash.

X

AVISO SOBRE COOKIES: Se puede optar por no dejar que las cookies analíticas registren las búsquedas anónimas al navegar por Internet. Nosotros utilizamos el siguiente proveedor
de servicios: Google Analytics. Puede visitar su página web si desea más información sobre su política de privacidad y sobre cómo eliminar sus cookies. ACEPTO CONDICIONES