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Sin título, 1995. Libros, gatos, palabras y neones. 700 x 120 x 137 cm. Edición única.

Sin título, 1995. Vidrio, silla, altavoces, neones y fotografía. 200 x 150 x 300 cm. Edición única.

Sin título, 1995. Libros, gato, cristal con agujeros y palabras. 60 x 57 x 131 cm. Edición única.

Sin título, 1995. Vidrio, lavabo, neones, foto y armarito. 200 x 170 x 247 cm.  Edición única.

Sin título, 1995. Gatos, libros con agujeros, neón y cristal. 70 x 55 x 143 cm. Ediión única.

Sin título, 1995. Libros con agujeros, fotografía, cristal y gato. 40 x 37 x 70 cm. Edición única.

Sin título, 1995. Libros con agujeros, fotografía, cristal, gato y neón. 40 x 50 x 70 cm. Edición única.

Chema Alvargonzález
Descifra tu tiempo
4 Abril - 4 julio, 1995

Nunca está nada donde parecía estar.

Este proyecto describe puntos móviles de referencia. El componente auditivo y el punto central de las fotografías juegan con nuestra comprensión sobre lo que es exactamente nuestra realidad. La incertidumbre de nuestra posición dentro de este espacio oscila entre lo real y lo imaginado. Esta perspectiva es incluso mayor si consideramos las reflexiones del espectador en la obra.

Descifra tu tiempo consiste en cuatro grandes elementos. Esparcidos por la galería seis montones de libros comprimidos por dos mordazas. Cada una de estas pilas de libros está atravesada por una hoja de cristal con textos gravados. Éstos hacen referencia al pasaje entre el tiempo real y el tiempo escrito.

En una esquina del espacio hay un lavabo. El agua fluye emitiendo un sonido continuo. Una gran fotografía en blanco y negro apoyada en el fregadero que muestra un paisaje urbano visto desde la perspectiva de un balcón. El punto focal de la fotografía descansa en la calle. Un neón rojo demarca el espacio de la pared como si de una herida se tratase. La esquina está diseccionada por una larga hoja de cristal (2x3 m.) abierta que posibilita al espectador entrar y visitar el espacio angular.

Esta situación queda reflejada en la esquina opuesta. Una gran superficie de cristal (2x3 m.) descansa en el rincón creando una especia de vitrina. En la esquina, frente al espectador, hay una silla conectada a dos altavoces. A la izquierda, una fotografía apoyada en el suelo. Es parecida a la otra pero la diferencia está en que ahora el punto focal está en la reja del balcón. Al otro lado de la fotografía, tres neones rojos salpican la pared. El sonido del agua puede oírse desde el otro lado de la habitación.

Un neón blanco corre a lo largo del tablero de una de las paredes. Refleja en el cristal y sugiere el simulacro de una representación sobre la incertidumbre del espacio arquitectónico.

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